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Orgullo y prejuicio Ver más grande

Orgullo y prejuicio

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El señor y la señora Bennet tienen cinco hijas, y el único objetivo de la madre es conseguir una buena boda para todas. Dos jóvenes ricos, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en ese ambiente e inmediatamente se ven señalados como posibles maridos. 

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    El señor y la señora Bennet tienen cinco hijas, y el único objetivo de la madre es conseguir una buena boda para todas. Dos jóvenes ricos, el señor Bingley y el señor Darcy, aparecen en ese ambiente e inmediatamente se ven señalados como posibles maridos. La heroína de la novela es Elizabeth, la segunda hermana, inteligente, perspicaz, consciente de su valor, y algo rebelde. El opresivo ambiente de la familia, la presión del matrimonio, la diferencia de clases, el fantasma de la pobreza y la delicada sensibilidad de una heroína decidida, pero no libre de errores de juicio y dudas de comportamiento, se conjugan para crear una obra maestra leída a lo largo de más de dos siglos. (fuente:editorial)

Jane Austen nació en 1775 en Steventon (Hampshire), séptima de los ocho hijos del rector de la parroquia. Educada principalmente por su padre, empezó a escribir de muy joven, para recreo de la familia, y a los veintitrés años envió a los editores el manuscrito de La abadía de Northanger (ALBA CLÁSICA núm. VII), que fue rechazado. Trece años después, en 1811, conseguiría publicar Juicio y sentimiento (ALBA CLÁSICA núm. LXXXVI), a la que pronto seguirían Orgullo y prejuicio (1813; ALBA CLÁSICA MAIOR núm. XLVI), Mansfield Park (1814; ALBA CLÁSICA núm. I) y Emma (1816; ALBA CLÁSICA MAIOR núm. XLIX), que obtuvieron un gran éxito. Después de su muerte, acaecida prematuramente en 1817, y que le impidió concluir su novela Sanditon, aparecería, junto con la inédita La abadía de NorthangerPersuasión (1818; ALBA CLÁSICA núm. VIII).

Satírica, antirromántica, profunda y tan primorosa como mordaz, la obra de Jane Austen nace toda ella de una inquieta observación de la vida doméstica y de una estética necesidad de orden moral. «La Sabiduría –escribió una vez- es mejor que el Ingenio, y a la larga tendrá sin duda la risa de su parte.»

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