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Estamos en febrero de 1949. Nina Sergeievna, escritora y traductora, es uno de los privilegiados a los que la Unión de Escritores ha concedido un mes de descanso en el campo, lejos de la oscura y ominosa capital, Moscú.
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Esta bella historia, de gran simplicidad pero hondo calado, fue calificada por George Steiner como un clásico de la literatura rusa. Un documento excepcional sobre la vida en la Rusia estalinista.
«Si lograba llevar el cielo, la nieve y el aire a mi escritorio, la inmersión sería fácil, enseguida alcanzaría la claridad de visión adecuada».
Estamos en febrero de 1949. Nina Sergeievna, escritora y traductora, es uno de los privilegiados a los que la Unión de Escritores ha concedido un mes de descanso en el campo, lejos de la oscura y ominosa capital, Moscú. Oficialmente, se supone que debe descansar o trabajar en sus traducciones, pero lo que hace, en realidad, es reflexionar sobre la desaparición de su marido durante las persecuciones estalinistas de 1938, para liberarse así, al menos en parte, de su propia pesadilla. En una casa de campo finlandesa, en mitad de bellísimos paisajes nevados, Nina se sumerge en su historia mientras convive con otros traductores, autores o cineastas, más vinculados al régimen que ella.
Una novela a medio camino entre Anton Chéjov y Vasili Grossmann. Un texto bellísimo, de gran sencillez pero hondo calado, que George Steiner ha calificado como clásico de la literatura rusa del siglo XX. (fuente:editorial)
Lidia Chukóvskaia (San Petersburgo, 1907 – Moscú, 1996) cultivó distintos géneros: poesía, memorias, crítica literaria y narrativa. Gracias a su padre —el famoso escritor para niños, traductor y crítico Kornéi Chukovski—, tuvo acceso al mundo de la intelligentsia rusa durante un periodo especialmente tumultuoso. Su segundo marido fue Matvéi Bronstein —físico teórico pionero—, arrestado en 1937 y ejecutado un año después, lo que acrecentó su deseo de denunciar una verdad que vertió en todas sus obras. Errata naturae también ha publicado Sofia Petrovna. Una ciudadana ejemplar, novela escrita durante esa época y que no pudo publicarse en su país hasta cincuenta años después.
Lidia Chukóvskaia escribió varias cartas en contra de la persecución de, entre otros, el joven Joseph Brodsky en la década de los sesenta, y de Solzhenitsyn y Sájarov en la de los setenta. Debido a este apoyo a los disidentes, Chukóvskaia perdió el derecho a publicar en la Unión Soviética. Íntima amiga de Anna Ajmátova, una de sus obras principales consiste en la consignación de veinte años de conversaciones y vivencias con la poeta, tal y como Eckermann hizo con Goethe. Ese texto fundamental será publicado próximamente por Errata naturae. (fuente:editorial)