GALITZIA. Relato autobiográfico de una infancia feliz transcurrida en...
Cuando reciben la noticia de que ha muerto el juez Iván Ilich, sus...
Jasid es un perro blanco, con una mancha amarilla en la frente en forma...
Diario de un profesor novato narra, con un estilo ir?nico y tierno,...
A partir de 4 años. Cada tarde, Feliciana atraviesa un camino para...
Heroína de la resistencia a la ocupación nazi de su patria, ella, junto...
La Emperatriz Infantil está mortalmente enferma y su reino corre un...
Cediendo a un deseo antiguo, el de vivir en el campo, y gracias a una...
«Este libro habla de huertos y de literatura, desprende un sabor antiguo y nos dice que podemos seguir haciendo elecciones simples y valorando el trabajo de nuestras propias manos». Paulo Mauri, La Repubblica
La gloria de mi padre (1957) y El castillo de mi madre (1958), el inolvidable díptico de las narraciones autobiográficas de Marcel Pagnol, nos trasladan directamente a la infancia de nuestros abuelos, de nuestros padres y a la nuestra propia.
May Sarton teje con una mirada cautivadora una oda a la vejez: saborea los placeres diarios de atender el jardín, cuidar de sus perros y recibir invitados en su amada casa de Maine junto al mar. Son recuerdos crudos y nostálgicos, se impregnan de esa delicada franqueza poética que siempre la caracterizó como narradora y poeta.
Enterrada bajo tierra durante cuarenta años, la verdad sobre las estructuras de represión de la URSS golpeó la conciencia del mundo contemporáneo en la década de 1990. Esta realidad se descubre en el relato autobiográfico de Dalia Grinkeviciute, detenida en la noche del 14 de junio de 1941, a los 14 años, junto con su hermano y su madre por orden de Stalin.
La autobiografía de una escritora tan cautivadora, sagaz y avanzada a su tiempo como Elizabeth von Arnim recorre sus recuerdos a través de los perros que la acompañaron desde Pomerania a Inglaterra en sus amores, desilusiones, matrimonios, cambios, amistades y duelos en el viaje de la vida.
Cuando era una niña, con apenas once años, Lea Ypi fue testigo del fin del mundo. Al menos del fin de un mundo. En 1990 el régimen comunista de Albania, el último bastión del estalinismo en Europa, se desplomó.
El joven Kóstik está estudiando el último curso en el instituto de Kiev cuando recibe un telegrama avisándole de la inminente muerte de su padre
Cediendo a un deseo antiguo, el de vivir en el campo, y gracias a una finca abandonada en Toscana, Pia Pera logra dejar atrás las inquietudes de la metrópolis y comenzar a trabajar la tierra.