GALITZIA. Relato autobiográfico de una infancia feliz transcurrida en...
Cuando reciben la noticia de que ha muerto el juez Iván Ilich, sus...
Jasid es un perro blanco, con una mancha amarilla en la frente en forma...
Diario de un profesor novato narra, con un estilo ir?nico y tierno,...
A partir de 4 años. Cada tarde, Feliciana atraviesa un camino para...
Heroína de la resistencia a la ocupación nazi de su patria, ella, junto...
La Emperatriz Infantil está mortalmente enferma y su reino corre un...
Cediendo a un deseo antiguo, el de vivir en el campo, y gracias a una...
Una viuda y un joven se conocen en el Londres de principios del siglo XX al coincidir varias veces en la misma obra de teatro.
Cuando era una niña, con apenas once años, Lea Ypi fue testigo del fin del mundo. Al menos del fin de un mundo. En 1990 el régimen comunista de Albania, el último bastión del estalinismo en Europa, se desplomó.
Este breve ensayo pretende destacar las luces de la Edad Media occidental, una época maravillosa caracterizada no solo por "la fidelidad, la jerarquía y el honor", las abadías y catedrales, sino también por singulares hallazgos éticos, estéticos e intelectuales.
Koda Rohan nos ofrece una visi?n del lado m?s humano de la clase samur?i y, buscando una redefinici?n de la V?a del Guerrero, anima al lector para aplicar viejos valores a nuevas realidades.
SHANGAI. En los albores de la segunda guerra mundial la ciudad abierta de Shanghai era uno de los pocos lugares del mundo en el que se podían refugiar los judíos que huían de la Alemania nazi.
Vuelve el autor de Big Game, esta vez con una aventura llena de intriga ambientada en la época de la Guerra Fría y el Muro de Berlín.
Yo era normal. Un chico normal. O, al menos, eso había creído siempre.
Pato quiere irse a vivir una aventura.Ganso no está tan seguro.
Una historia rimada, ambientada en una versión fantástica de la China imperial, que sorprenderá a los pequeños lectores por su sentido del humor y sus imprevisibles giros de guion.
Una mañana, el niño del quinto pino se despierta con un hipo espantoso, uno de esos que te hacen dar saltitos y que te duela la tripa.
Ediguéi Buranny trabaja de ferroviario en un remoto apartadero. Un día recibe la noticia de que su amigo Qazangap ha fallecido. Ediguéi decide entonces llevar el cuerpo del difunto hasta el legendario cementerio kazajo de Ana-Beit, en una travesía de un día entero.