GALITZIA. Relato autobiográfico de una infancia feliz transcurrida en...
Cuando reciben la noticia de que ha muerto el juez Iván Ilich, sus...
Jasid es un perro blanco, con una mancha amarilla en la frente en forma...
Diario de un profesor novato narra, con un estilo ir?nico y tierno,...
Heroína de la resistencia a la ocupación nazi de su patria, ella, junto...
La Emperatriz Infantil está mortalmente enferma y su reino corre un...
En esta obra, Viktor Frankl explica la experiencia que le llevó al...
Ser un buen oyente, nos dice Plutarco, es un arte que todos deberíamos...
A partir de 11 años. Tania es pelirroja y tiene los rizos de un leon. Se...
La capacidad para captar la atención de los demás y jugar con sus pasiones centra la narración de Leticia Valle, a punto de cumplir los doce años y recién descubierta una libertad que antes no tenía.
100 Artículo Artículos
¡Últimas unidades en stock!
Fecha de disponibilidad:
La capacidad para captar la atención de los demás y jugar con sus pasiones centra la narración de Leticia Valle, a punto de cumplir los doce años y recién descubierta una libertad que antes no tenía. A través de jirones de su memoria, Rosa Chacel traza un retrato magistral en el cual revela, en palabras de Andrea Jeftanovic, la sensualidad de una preadolescente y lo que esto supone para ella. Memorias de Leticia Valle es una novela bella e inquietante, en la que aquello que no se dice toma más fuerza que lo dicho. (fuente:editorial)
Rosa Chacel, nacida en Valladolid en junio de 1898, es autora de una de las obras más singulares de la literatura española, tanto en narrativa como en ensayo y poesía. Teresa, Memorias de Leticia Valle o La sinrazón son algunas de sus novelas más significativas, así como la trilogía iniciada con Barrio de Maravillas, los cuentos reunidos en Ícada, Nevda, Díada y el ensayo Saturnal. Testigo de los grandes acontecimientos del siglo XX desde distintos emplazamientos, Chacel dedicó gran atención a su correspondencia. La que mantuvo con Ana María Moix en su exilio brasileño fue de las más apasionantes y le motivó, en sus propias palabras, a escribir cartas realmente debidas. Obtuvo en 1988 el Premio de las Letras Españolas por el conjunto de su obra, y un año después, en 1989, la Universidad de Valladolid le otorgó el Doctorado Honoris Causa. Falleció en Madrid en 1994 y está enterrada en el Panteón de Personas Ilustres del Cementerio El Carmen de Valladolid.