Las cartas de Arendt a sus amigos son un intento de definir la amistad...
El 26 de enero de 1936, en el teatro Bolshói de Moscú, Shostakóvich...
La autobiografía de una escritora tan cautivadora, sagaz y avanzada a su...
Diego Velázquez, pintor de cámara de Felipe IV, no consigue acabar el...
Estimulante relato de un viaje memorable desde el sintoísmo y el ateísmo...
Enterrada bajo tierra durante cuarenta años, la verdad sobre las...
A partir de 10 años. No es un superhéroe normal. Tiene el poder de...
Existen innumerables obras de viajes por las tierras más exóticas. Pero...
La Música de la Memoria es una novela que relata la confesión en primera...
Un hermoso jardín en Toscana: una pasión, un aprendizaje, un lugar de...
Es 1922 y los habitantes de Likóvrisi, en Anatolia, se disponen a...
A partir de 10 años. Esta obra maestra va sobre un príncipe que, de...
En stock
Es 1922 y los habitantes de Likóvrisi, en Anatolia, se disponen a celebrar la Semana Santa con una representación dramatizada de la Pasión. El reparto de papeles recae en el Consejo de Ancianos, que elige al joven Manoliós para encarnar a Cristo.
100 Artículo Artículos
¡Últimas unidades en stock!
Fecha de disponibilidad:
Es 1922 y los habitantes de Likóvrisi, en Anatolia, se disponen a celebrar la Semana Santa con una representación dramatizada de la Pasión. El reparto de papeles recae en el Consejo de Ancianos, que elige al joven Manoliós para encarnar a Cristo. Entretanto, los habitantes de una población cercana, arrasada por el ejército otomano, se refugian en Likóvrisi, lo que crea divisiones entre los vecinos: mientras que el pope y los Ancianos se niegan a acogerlos, los aldeanos más modestos, escogidos para representar a Cristo y sus apóstoles, acuden en su ayuda, y este acto de caridad trastocará la apacible vida del pueblo. En esta magnífica tragicomedia Nikos Kazantzakis muestra, con su característica lucidez y fuerza, cuán perturbador resulta atenerse fielmente a los valores del cristianismo, y con ello desenmascara la hipocresía de las instituciones religiosas y civiles. Todo indica que, si Cristo volviera a visitarnos, habría más de uno dispuesto a lavarse las manos y muchos a crucificarlo de nuevo. (fuente:editorial)
Nikos Kazantzakis (1883-1957) nació en Creta, cuando esta isla estaba bajo el dominio del Imperio Otomano. Estudió derecho en la Universidad de Atenas y después siguió estudios de postgrado en Francia, donde fue alumno de Bergson. Desde adolescente mostró inquietudes filosóficas, paralelamente a una verdadera pasión por la poesía y el teatro. Entre 1906 y 1909 escribe sus primeras obras, algunos ensayos, una novela, varias obras teatrales, dos de las cuales obtienen premios. Para optar a un cargo como docente en la Universidad de Atenas, escribió un estudio titulado Federico Nietzsche en la filosofía del Derecho y del Estado, que publicó en Creta en 1909. De sus obras juveniles llegan a publicarse la novela Serpiente y lirio, y un drama realmente notable: Comedia – tragedia en un acto. En la segunda década del siglo, junto a una larga serie de traducciones de obras filosóficas y literarias, escribe otras obras de teatro, entre las que se destaca El maestro primero. Como reportero de algunos diarios griegos, debió viajar frecuentemente, lo que le permitió conocer muchos países de Europa y de Asia. Seis libros de viajes recogen sus impresiones y su conocimiento de la literatura y cultura de cada uno. Su teatro incluye veinte tragedias y una comedia. Escribió dos novelas en francés Toda Raba y El jardín de rocas, y seis en griego, entre las que se distinguen Cristo de nuevo crucificado y Vida y hechos de Alexis Zorbas. Dos opúsculos filosóficos, Ascética y Simposio, una especie de memorias con el título de Carta al Greco, y veintiún cantos en tercinas, dedicados a espíritus que fueron guías suyos, como Cristo, Dante, Alejandro Magno, Don Quijote y otros, completan el cuatro de su creación literaria. Dentro de su vasta obra, la Odisea, escrita siete veces entre 1924 y 1938, con sus 33.333 versos, es, sin duda, su obra cumbre, un verdadero océano de poesía. En ese océano, Odiseo, sin perder su identidad antigua, peregrina nuevamente encarnando las más hondas inquietudes del hombre contemporáneo. |