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Las cartas de Joseph Roth se pueden leer una tras otra, como si se tratara de la novela de su vida, la novela de uno de los más grandes narradores europeos del siglo pasado.
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Las cartas de Joseph Roth se pueden leer una tras otra, como si se tratara de la novela de su vida, la novela de uno de los m?s grandes narradores europeos del siglo pasado. Suplen en su intensidad e intimidad las memorias que nunca lleg? a escribir, convirti?ndose as? en el esbozo accidental de la biograf?a de un punzante panfletista, de un maestro de la prosa peque?a y de la mayor, de un fil?ntropo resentido y de un humanista en lucha constante, as? como de un gran psic?logo y novelista de especial calidad. Apenas se han conservado unas quinientas de las miles que Roth lleg? a escribir a lo largo de sus cuarenta y cinco a?os de vida. De la colecci?n formada por las numerosas cartas que escribiera, destaca la correspondencia con Stefan Zweig, no s?lo por ser la m?s extensa, sino porque descubre una de las relaciones literarias y psicol?gicas m?s singulares y reveladoras entre dos escritores, la historia de una ?ntima afinidad intelectual. La mirada perspicaz de Roth y sus obsesiones hacen que las cartas, escritas de 1911 a 1939, tracen un cuadro ?nico, entre lo personal y lo colectivo.
Joseph Roth (Brody, 1894-París, 1939). La amarga experiencia del derrumbamiento del mundo de los Habsburgo y sus consecuencias psicológicas, así como la obligada marcha de los judíos de Europa central hacia Occidente, fueron desde el inicio los temas centrales en su obra. En 1933, emigró a Francia, donde murió. Desde entonces es considerado, con creciente unanimidad, como uno de los mayores talentos de nuestro tiempo.